La historia contemporánea de la democracia norteamericana puede atrevidamente dividirse en dos después del escándalo de Watergate.
Richard Nixon, 37° Presidente de los Estados Unidos, sin duda paso a la historia americana como el único mandatario en dimitir de su cargo.
A tempranas horas de la mañana del 17 de junio de 1972, fueron arrestados varios individuos en sede central de Watergate del Comité Nacional Demócrata. Un insignificante incidente que como bola de nieve, arrastraría meses después la reelección de Richard Nixon.
Los arrestados fueron inculpados por el robo de documentos confidenciales, así como por el delito de espionaje, sin embargo, las pruebas encontradas aún no marcaban clara conexión entre los involucrados y el Presidente Nixon, quien juró a sus compatriotas norteamericanos que su equipo no estaba involucrado en este escándalo.
Carl Bernstein (reconocido periodista y colaborador durante el caso) declararía años mas tarde a CNN: "No se trataba de un robo, una única irrupción, se trataba de un patrón de actividades ilegales que involucraba golpear físicamente a miembros de la oposición política, robando sus memorandos, interviniendo las líneas de los opositores políticos, irrumpiendo en las oficinas de psiquiatras, bombardeando centros de pensamiento".
El ambiente electoral y la suspicacia de la dirigencia política norteamericana, impulso a un grupo de interesados (Destacan Carl Bersnstein y Bob Woodward), quienes marcados por la duda, no descansarían hasta dar con los verdaderos responsables detrás del aquel robo.
Meses más tarde y con la aprobación de un comité especial de investigación comenzaría la caza por descubrir el entramado de este gran escándalo.
La presión política y periodística hicieron que muchos de los colaboradores cercanos al presidente, testificaran y expusieran a la luz las viciosas prácticas en las que se veía involucrada la administración.
Entre ellos resalta, John Dean consejero de la Casa Blanca, quien admitiría la posesión en manos de Nixon unas cintas de grabación, que contenían conversaciones dentro de la oficina oval acerca del escándalo en el comité demócrata y la participación del gabinete.
Estas declaraciones empujarían al Presidente Nixon en una batalla legal en contra de sus acusadores, batalla que terminaría perdiendo tras la decisión de la Suprema Corte que obligaba a entregar las cintas de grabación.
La renuncia de Richard Nixón quedaría desde entonces grabada en la psique colectiva de Estados Unidos.
El escándalo de Watergate, marco un antes y un después en la historia democrática del país. Mas allá del incipiente “triunfo de la justicia”, demostró las malas practicas que arrastra la dirigencia norteamericana en su despiadada lucha por la silla presidencial.
No podríamos terminar este #TBT, sin recomendarles un excelente documental sobre las campañas políticas y las practicas “poco democráticas” que involucran.
Get me Roger Stone, sin duda es una valiosa pieza bibliográfica que explica a detalle de la mano de uno de sus principales protagonistas, estos típicos rasgos de la política norteamericana, rasgos que sobresalen desde Watergate hasta la campaña presidencial entre Hillary Clinton y el actual Presidente Donald Trump.
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