En medio de un tenso escenario global, con una economía dudosa frente a las recientes vicisitudes, se hicieron cita este fin de semana dos grandes grupos de poder, la cumbre del G7 y la Organización para la Cooperación de Shanghái.
Eclipsados por las medidas económicas del mandatario estadounidense, el grupo de los siete y la OCS, se enfrentaban a la dura tarea recuperar la confianza en los mercados globales y sopesar así las amenazas de una guerra comercial, cuyas amenazas transcienden el plano económico.
La tensión se hizo evidente, horas previas a la cumbre del G7, tras las declaraciones del Presidente Donald Tump, quien escribió: "Espero enderezar los acuerdos comerciales injustos con los países del G7. Si eso no ocurre, saldremos mucho mejor", declaraciones que se vieron agravadas momentos antes de partir a la cumbre tras manifestar su deseo de querer ver de nuevo a Rusia en la mesa de negociaciones.
Este platillo de entrada, hizo tediosa la digestión en la mesa de negociaciones; La Canciller Angela Merkel manifestó su rotundo rechazo al pedido estadounidense: "estamos de acuerdo en que un regreso de Rusia al G7 no es posible a no ser que se hagan progresos sustanciales en relación al problema de Ucrania. Es la posición común", expreso.
Sin embargo y pese a la creencia general, el primer día cerró con grandes expectativas. El mismo Trump afirmó: “se lograron muchos avances”.
Momentos antes de partir a Singapur, donde lo aguarda una cumbre bilateral con el mandatario Kim Jong-un, el Presidente estadounidense se mostró optimista frente a los acuerdos alcanzados el segundo día de las negociaciones.
“Extremadamente productivos, las naciones del G7 siguen comprometidas con controlar las ambiciones nucleares de Irán", manifestó.
Sin embargo, como era de esperarse, el mandatario catálogo de injustos los aranceles impuestos a Estados Unidos y amenazo a los integrantes con una suspensión de relaciones comerciales.
Horas después de estas incendiarias declaraciones el mandatario Canadiense, Justin Trudeau, afirmó que pese a las dificultades fue suscrito un comunicado en conjunto por todas los participantes.
“El comunicado contiene lenguaje consensuado sobre el comercio internacional, incluida la voluntad de reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC) especialmente en lo referente a la resolución de disputas”, agrego.
Palabras que fueron confirmadas por el Presidente francés Emmanuel Macron frente a los periodistas que cubrían el evento, a quien les aseguro que “hay una voluntad de cooperar para el comercio internacional sea libre”.
Trudeau aprovecho la oportunidad para disipar las dudas, en medio de las continuas amenazas de Trump, que "el Presidente va a seguir diciendo lo que quiera decir" pero que la cumbre ha terminado con un comunicado final consensuado por todos.
Reafirmando a su vez que la decisión Canadá de responder a las represalias comerciales a Estados Unidos a partir del primero de julio, “los canadienses somos educados pero no permitiremos que nos empujen", expreso.
Del otro lado de la cera, a más de 9.000 km, exactamente en la ciudad de Qindao (China), se reunía la Organización para la cooperación de Shanghái, cuyas palabras inaugurales hicieron eco en el mundo entero.
"El espíritu de Shanghái se centra en buscar una causa común a la vez que ponemos a un lado nuestras diferencias y buscamos cooperación en beneficio mutuo", expreso el Presidente chino, Xi Jinping
Palabras que sin ninguna duda hacían eco en las discusiones que paralelamente suscitaban en la cumbre del G7. El presidente chino, aseguro que la OCS “se ha convertido en una fuerza importante para mantener la seguridad regional y promover el desarrollo común, hemos conseguido fructíferos resultados en cooperación de seguridad, económica y comercial".
A esta cita se apersonaron, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, e Irán, Hasan Rohaní; el Primer Ministro indio, Narendra Modi, y mandatarios de Pakistán, Afganistán, Kazajistán, Tayikistán, Bielorrusia, Mongolia, Kirguistán y Uzbekistán.
La 18º conferencia de la cumbre, dio oportunidad al Presidente iraní Hasan Rohani de expresar su descontento con el mandatario estadounidense.
“La resistencia de la comunidad internacional ante las medidas unilaterales de Washington significa el apoyo a la ley y derecho internacionales” afirmo el presidente persa.
El Presidente ruso, por su parte respondió al comentario que levanto polémica en la cumbre del G7 (anteriormente conocida como G8).
"En cuanto al regreso de Rusia al G8, nosotros nunca nos retiramos de ese grupo. Los colegas en su momento se negaron a venir a Rusia por motivos conocidos, por supuesto, estaremos felices de verlos a todos allí, en Moscú".
Una invitación que se extendió también para hacer frente a las osadas medidas comerciales tomadas por su homologo estadounidenses
“Los planes de Washington son un asunto más sustancial que los embates de emociones que marcaron la última cumbre del G7, los planes de poner medidas de limitación a las importaciones de automóviles desde Europa pueden perjudicar los intereses económicos de los productores europeos”
La sola idea de una guerra comercial de magnitud global ha hecho contener la respiración al mundo entero y es que pese a las marcadas diferencias políticas y la lejana distancia geográfica que separaba ambas cumbres, se hizo evidente la necesidad común de frenar los ambiciosos planes del mandatario estadounidense.
El inminente cambio que arrastra consigo la administración Trump ha replanteado geopolíticamente el escenario global. Las diferencias se han acrecentado, las alianzas fortalecido, un escenario que no deja espacio a medias tintas en medio de la amenaza estadounidense hacia el “statu quo”.
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